Hace una década y a raíz de los nuevos productos zombis que llegaban a las masas como la película Resident Evil y la serie The Walking Dead que revolucionaron y reactivaron el interés por el subgénero de terror y vísceras nació un desaforado mercado de productos Z cuyos podridos brazos alcanzaron la literatura como no podía ser de otra forma. En España vimos surgir un plétora de autores patrios que aportaban su visión con mayor o menor acierto. Desde luego fueron años en los que las ganas de hacer caja nos dieron productos realmente mediocres, pero por suerte otros merecen la pena como este De Madrid al Zielo.
De Madrid al Zielo ofrece una novela ligera, de fácil lectura y que terminé en dos sesiones largas de entretenimiento podrido nacional.
Ficha editorial de Dolmen
Sinopsis
Los que antes caminaban normalmente por las calles de Madrid, ahora lo hacen transformados en monstruos resucitados en busca de sus presas, los vivos. Alfonso y un grupo de amigos, encerrados en una urbanización en el barrio madrileño de Vallecas, tratan de sobrevivir como pueden a esta pandemia mortal, a pesar de no contar con recursos para alimentarse. Un encuentro fortuito con lo poco que queda del ejército llena de esperanza a los chicos, que se unen a ellos para, entre todos, tratar de combatir y sobrevivir a esta plaga de resucitados.
Autor: Zamora Llorente, Alfonso
Nacido en Madrid, (Vallecas) el 10 de diciembre de 1980. Tras el éxito de su primera novela, De Madrid al Zielo, alcanzando en su primer año de vida cinco ediciones, Alfonso culmina la saga con De Madrid al Zielo 2: Última Batalla. Alfonso ha publicado diversos relatos en editoriales como Tyrannosaurus Books, Kelonia, Universo. También ha coordinado cinco antologías de relatos. Es miembro de Nocte, y presidente y fundador de la asociación nacional de autores, Esmater.

De Madrid al Zielo, el comienzo de una saga
Como ya sabréis los que mejor me conocéis o me habéis escuchado comentarlo alguna vez en mi podcast no soy muy amigo de los podridos, precisamente por el rechazo que me produjo esta época con sobreproducción Z. Esa es la causa por la que no ha sido hasta ahora que me he acercado a las novelas zombie con una mirada de soslayo y desconfianza, y con la tranquilidad que dan los años transcurridos. Es más fácil elegir con perspectiva entre tanto producto.
En De Madrid al Zielo nos encontramos con un mundo en el que una enfermedad desconocida comienza a extenderse desde Alemania a una velocidad de vértigo, pillando por sorpresa tanto a gobiernos como a ciudadanos y desatando el caos en cuestión de semanas. El protagonista, Alfonso (sospechoso nombre, ¿eh?) se ve arrojado de golpe de una vida mediocre y aburrida a una lucha por la supervivencia en la que pondrá a su familia y amigos ante todo.
Parece que la suerte está de su parte, pues se reúne con sus más cercanos en su casa mientras todo en el exterior empeora según pasan las horas, hasta que la situación les obliga a salir al exterior en busca de recursos y ayuda.
Es durante estas incursiones que el grupo se topa con los militares, que buscan supervivientes para ir evacuándolos a una zona segura situada en el Santiago Bernabéu ni más ni menos. Y es en detalles como este que los lectores más podrán disfrutar, ya que el autor describe lugares conocidos de la capital, el barrio de Vallecas que tan bien conoce y zonas que aunque no seas madrileño, conocerás aunque sea por foto o vídeo como el mencionado estadio, las torres Kio o el famoso “pirulí” madrileño. Alfonso ha recurrido a su zona inmediata para desatar el apocalipsis zombi con sabor español.
La trama transcurre fluida y con suficiente interés para seguir pasando páginas y páginas con la esperanza de saber el destino del numeroso grupo de personas que forman el grupo de Alfonso, y es aquí donde tengo los mayores problemas con la novela.
Comenzando con los diálogos, que no me parecen naturales sino que sufren del síndrome del querer contarlo todo y causan unos diálogos artificiales en los que se dan todos los detalles de una situación o un plan para que el lector lo conozca de pleno. También hay un par de ocasiones en las que el texto se contradice a sí mismo a las pocas páginas, pero solo detecté un par de situaciones así en el libro, y menores en importancia, por lo que se pueden achacar a la personalidad del protagonista si se quiere. También me resultó chocante algunos diálogos de los militares, ya que la forma de hablar no pega nada con lo que uno espera de gente curtida en batalla y que ha visto de todo. En general no encontramos situaciones de “supervivientes que son unos cabronazos o militares totalitarios que exigen obediencia absoluta” tan comunes en otras ficciones. Esto puede gustarte o no, pero después de tantos años me ha llamado la atención que no se recurre a estos tópicos. Aquí los malos son los zombis y punto. Los humanos están unidos hasta la (literalmente) muerte, sobre todo Alfonso, que hará lo que sea por sus seres queridos aunque sea del todo suicida.
Otro detalle que me ha chirriado es la voz del narrador. Casi todo el tiempo estamos en la cabeza de Alfonso, conociendo sus pensamientos, por lo que damos por hecho que es una especie de diario que el protagonista va narrando, pero en ocasiones saltamos a otras escenas en las que Alfonso no está presente y la narración se torna omnisciente o en la cabeza de otro personaje, por lo que causa confusión en el lector, sobre todo la primera vez que ocurre.
La forma de ser de Alfonso, que pasa de ser un trabajador anodino como cualquiera de nosotros al héroe del día, cobra algo de sentido tras un giro inesperado de la trama a más de la mitad del libro. Para no destripar la historia, que para eso están los zombis, os puedo contar que el protagonista de De Madrid al Zielo va notando cosas raras hasta que descubre el motivo, y la lucha contra los muertos vivientes se puede enfocar desde entonces en la lucha del bien contra el mal. Visto ahora, puede parecer un giro algo manido pero que puede tener un gran potencial en los siguientes volúmenes de la obra, ya que hasta ahora son cuatro los libros que forman la saga De Madrid al Zielo y en este primero no se aprovecha la sorpresa desvelada.
La historia termina en falso, ya que no se cierran las tramas principales, por lo que es casi ineludible leer la continuación para saber el final de los supervivientes que quedan al final de este volumen.
En conclusión
Estamos ante la que fue la primera novela del autor y esto se nota en varios sentidos como los antes mencionados. Aunque así sea, la historia es lo bastante entretenida para querer completarla y, por mi parte, tengo ganas de leer su segundo volumen, que transcurre en Alicante. Adivinad de donde es este que os escribe…
Aprovecho para recomendaros la linea Z de Dolmen, con una gran cantidad de libros de autores españoles entre los que seguro encontraréis historias de vuestro gusto como este primer libro de De Madrid al Zielo.
Nivel de posapocalipsis: 8/10. El mundo entero parece haber sucumbido a la enfermedad zombi que a una velocidad endiablada se ha extendido. Pocos grupos de supervivientes quedan, aunque parecen ser amigables unos con otros y colaborativos.
Valoración personal: 6/10. Una lectura sencilla (que no simple) en la que se nota el trabajo del autor en su primera novela y que te deja con ganas de seguir la saga.
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