
Frank Guerra
¡Saludos, superviviente del apocalipsis! Si has llegado hasta aquí es que tu ruta era segura y has evitado los numerosos peligros del páramo. Te doy la bienvenida a mi refugio en este asentamiento, pasa y ponte cómodo sobre ese colchón.
Me llamo Frank Guerra Martínez, aunque en la red suelo usar el apodo de Servobot, nacido de mi pasión por el grupo de música El Aviador Dro y sus Obreros Especializados.
Desde pequeño...
Desde pequeño me gustó escribir y crear mis propias historias. Un gusto que aumentó cuando descubrí el maravilloso mundo de los juegos de rol y sus infinitas posibilidades. Eso, unido a mi pasión por la lectura, hizo que mi imaginación se disparara en miles de formas, con especial énfasis en el género postapocalíptico del cual soy un seguidor empedernido. Mundos destruidos, borrados u olvidados que llevan a la humanidad al límite y nos obliga a dar lo mejor y lo peor de nosotros mismos en un entorno extremo en el que nunca puedes bajar la guardia.
Pero como todavía no puedo vivir de lo que escribo, mi trabajo de muggle es ser cartero en Correos. Profesión que me agrada y que me permite tener tiempo para dedicar a mi familia y a la escritura. Y comer, que dicen que es importante.
Comencé en el mundo de la publicación digital como colaborador de la desaparecida revista digital de Nosolorol. Unos meses después pasé a ser editor y redactor de dicha revista y cuando se creó la editorial Nosolorol Ediciones fui de los primeros autores en publicar en formato físico con ellos.
Proceso Oscuro fue mi primer trabajo publicado, seguido de Oro en Plomo, ambos aventuras autojugables ambientadas en Los Ángeles durante los años noventa y el auge de las pandillas callejeras.
Tiempo después vino El Maizal, también una aventura autojugable de terror, y por fin unos años después Postapocalyptica: Última espera, mi proyecto más personal y en el que volqué todo mi cariño por el género de mundos-destruidos-no-tan-lejanos.
En ese momento me planteé ampliar y dotar de profundidad al universo de Postapocalyptica y comencé a trabajar en el que sería mi publicación más ambiciosa: El manual de juego completo de Postapocalyptica: Mundo Roto, nombre con el que finalmente vio la luz y del que más orgulloso me siento.
Mientras esperaba su publicación, me llegó una propuesta desde Dolmen Editorial para publicar una novela infantil-juvenil ambientada en el mundo de Minecraft, y nació Las Aventuras de Servobot en Cubonia, basada en mis peripecias en el mundo de juego del youtuber Mololo, con el que grabo una serie desde hace años en la que jugamos a Minecraft mientras charlamos de nuestras cosas.
Mi última obra hasta el momento es Postapocalyptica: Inocencia invadida, un relato breve incluido en la colección Mil Oniros de ciencia ficción.
También participo en el podcast Uno con la Fuerza, he participado desde su creación hasta el programa 60 en Cosas de Monstruos y he creado Podapocalipsis, mi propio programa donde hablar de obras postapocalípticas y que puedes encontrar en el menú superior, además de escribir artículos ocasionalmente para revistas como Scifiworld.
Si te imaginas recorriendo polvorientas carreteras en tu buga tuneado al lado de Mad Max, te descubres pensando «eso lo haría de manera diferente» cada vez que un personaje de The Walking Dead toma una decisión equivocada, o te encantaría enfrentarte a los peligros de una gran ciudad abandonada como la de Soy Leyenda, este es tu refugio en la red. En esta web pretendo dar cabida al género postapocalíptico en todas sus variantes y formas mediante artículos, reseñas, noticias y eventos relacionados con el género. Dejaré un hueco para hablar de mis proyectos propios, para artículos que no tengan que ver con la temática principal alguna vez y para pequeñas reflexiones personales de cuando en cuando.
Si tienes alguna obra de categoría posapocalíptica, ya sea una novela, un cómic, un juego de mesa, cartas o rol; incluso algo relacionado con el universo prepper y quieres que la reseñe, contacta conmigo mediante el botón tan majo de arriba.
Espero que este sitio te sea de utilidad y nos veamos a menudo; mientras tanto come algo y rellena tu cantimplora en el barril, el agua es casi transparente.