Se acaba de estrenar en España la cuarta temporada de la popular serie televisiva de Netflix Black Mirror. Como puede que sepas, esta serie inglesa goza de gran popularidad debido a su pesimista y original enfoque que hace del futuro cercano, siempre ligado al uso masivo de las nuevas tecnologías. Pero en su quinto episodio nos ha sorprendido con un enfoque distinto a lo que venía siendo habitual. Metalhead es el título que da la vuelta a la serie.
Metalhead: retorciendo lo retorcido
Y digo que da la vuelta porque Metalhead se desmarca de la ambientación de ciencia ficción cercana para llevarnos al género postapocalíptico en donde la tecnología, aunque sigue siendo importante (mucho, de hecho) no está tan omnipresente como en el resto de la serie.
Y otra llamativa diferencia: El capítulo está rodado en blanco y negro, algo que se sale de lo normal en el resto de la serie (y en cualquier proyección hoy día), pero que no molesta en absoluto, ayudando a introducirse en la agobiante historia que en ella nos narran remarcando las expresiones y las texturas.
La ambientación nos parece indicar que algo terrible ocurrió recientemente con la humanidad. Aunque no lo dicen claro, de hecho ni lo dicen, podemos deducir con rapidez que ese apocalipsis tuvo que ver con cierta tecnología que dejó de funcionar como era debido.
Dada la esencia de la serie, aquí no asistimos a un futuro devastado a lo Mad Max, sin recursos ni tecnología. Más bien lo contrario, ya que podemos ver el uso de diferentes aparatos como walkie talkies, vehículos funcionales y corriente eléctrica todavía usable.
Una premisa directa y sin piedad
El episodio comienza con una incursión de un grupo de carroñeros (aunque podrían ser perfectamente recolectores novatos de Postapocalyptica) en un almacén de apariencia abandonada en busca de algo que parece ser muy importante para la protagonista.
Una vez dentro, y pese a todas sus precauciones, despiertan a un enemigo que no cesará en perseguirles hasta que logre acabar con ellos.

Pese a lo sencillo y directo de la premisa, durante los cuarenta minutos de su duración el episodio Charlie Brooker (Creator) y David Slade logran crear una atmósfera tensa y agobiante gracias al blanco y negro antes mencionado y a la magnífica interpretación de su protagonista, Maxine Peake.
Así que si te gustan las series cortas y todavía no conoces Black Mirror puedes empezar por este capítulo sin problema, ya que cada episodio es auto conclusivo y cerrado pese a la teoría que dice que toda la serie transcurre en el mismo universo (si visitas el enlace lleva cuidado, el artículo contiene spoilers).
¿Conocías Black Mirror? ¿Has visto ya Metalhead? ¡Comparte tus impresiones, superviviente!
Deja una respuesta