Voy a ser claro: La Parábola del Sembrador, de Octavia E. Butler ha sido mi lectura posapocalíptica del año. Llevaba un tiempo detrás del libro porque no hacía más que leer buenas críticas del mismo y de su autora, la denominada Gran Dama de la Ciencia Ficción, y a fé mía que al menos en este primer acercamiento a su obra, es merecedora del título.
Pero no quiero llevaros a confusión: Esta primera novela de su trilogía Los Libros de las Parábolas se lee de seguido, se entiende con claridad y te cautiva con su mundo, pero no es perfecta.
Ficha técnica
Editorial: Capitán Swing
Idioma: Español
Tapa blanda: 352 páginas
Sinópsis de la editorial: Esta aclamada novela posapocalíptica de esperanza y terror, de la galardonada escritora Octavia E. Butler, combina bien con otras obras distópicas como 1984 o El cuento de la criada. Cuando el cambio climático global y las crisis económicas conducen al caos social a principios de la década de 2020, California se llena de peligros, desde la escasez generalizada de agua hasta las masas de vagabundos que harán cualquier cosa para sobrevivir otro día más. Lauren Olamina, una joven adolescente de quince años, vive dentro de una comunidad cerrada con su padre, un predicador, su familia y sus vecinos, relativamente protegida de la anarquía circundante. En una sociedad donde cualquier vulnerabilidad es un riesgo, ella sufre de hiperempatía, una sensibilidad debilitante hacia las emociones de los demás. Precoz y lúcida, Lauren debe hacer oír su voz para proteger a sus seres queridos de los desastres inminentes que su pequeña comunidad ignora obstinadamente. Pero lo que comienza como una lucha por la supervivencia pronto conduce al nacimiento de una nueva fe y a una sorprendente visión del destino humano.

El mundo de La Parábola del Sembrador
El fin del mundo ha llegado. O más bien está llegando. En la novela, los pobres, las clases humildes y trabajadoras son los primeros en saberlo. Los ricos se han encerrado en sus barrios, han levantado muros y han contratado guardias privados de seguridad. Así logran evitar las riadas de desplazados que la falta de trabajo, recursos y seguridad está arrastrando por todo el país. Este país, claro, son unos Estados-cada-vez-menos-Unidos, dominados por una crisis económica profunda y perpetua unido al cambio climático que hace que estén comenzando a venderse pueblos y ciudades a empresas privadas, que van a hacer y deshacer a su antojo estableciendo verdaderos feudos en los que son los únicos amos y señores de sus habitantes sin que el gobierno central pueda, o quiera, hacer mucho. Un país gobernado por un presidente del gobierno de extrema derecha con la idea de hacer de Estados Unidos un gran país de nuevo. Las similitudes con la época más reciente son escalofriantes, lo que me lleva a pensar que hay mucha gente en los Estados Unidos que sabe lo frágil que resulta el equilibrio actual de las cosas y cómo puede desembocar todo en una distopía como la que aquí se presenta.
Este paisaje me recordó a otra distopía reciente, como es El Cuento de la Criada, pero La Parábola del Sembrador es todavía más terrorífica: La gente está cada vez más desesperada, los asaltos, ataques y robos se multiplican según pasan las estaciones y los que antes estaban unidos y formaban una comunidad fuerte cada vez se van erosionando más porque la supervivencia se va imponiendo inevitablemente, haciendo que cada cual mire por los suyos más cercanos. Aquí tenemos rumores de caníbales, bandas de drogadictos pirómanos y una sensación de degradación que va en aumento según avanzan las páginas.
La protagonista de La Parábola del Sembrador
Lauren Olamina es, al inicio de la novela, apenas una adolescente obligada desde niña a comportarse de manera adulta para ayudar a sacar adelante a su familia. Aunque al comienzo los Olamina gozan de una estabilidad y una comodidad fuera del alcance de muchos, la situación antes mencionada se irá acercando más y más, hasta que la tragedia golpee a Lauren y a su comunidad y la empuje a las carreteras de un país que se desmorona. A partir de entonces las tragedias y las escenas de una humanidad en las últimas irán en aumento; pero Lauren está espoleada por una esperanza, por un conocimiento interior al que ha ido dando forma desde la infancia: Semilla Terrestre.
Podría decirse que Semilla Terrestre es una religión, o una filosofía, o una corriente de pensamiento…lo cierto es que Lauren no clasifica Semilla Terrestre por completo en ninguna categoría. Para ella lo importante es el mensaje que tiene que dar a quien quiera escuchar, pero para eso necesita un sitio estable en el que hacerlo, un lugar en en el que conseguir que esa semilla germine. Por el camino irá conociendo a viajeros que también tratan de conseguir un futuro, un nuevo hogar en el que establecerse y salir adelante. Promesas de prosperidad en el norte, de trabajo y de seguridad serán sus motivaciones. Unos serán amistosos, otros hostiles, muchos huidizos y Lauren tratará de ir creando esa comunidad embrionaria hablando con unos y otros, arriesgándose a confiar en extraños que bien podrían ser ladrones o asesinos ocultos entre los desplazados, formando un grupo.
Opinión
Con todos estos mimbres, Octavia E. Butler crea un relato apasionante en el que sigues los pensamientos, miedos y esperanzas de Lauren en forma de diario, un diario que se adivina muy importante para el futuro de la humanidad si es que logra superar este apocalipsis. El texto es fácil de seguir y su estructura te empuja a ello, no obstante, entrando ya en la parte que menos me ha gustado, me da la sensación de que para lo terrible que es este mundo apocalíptico, la protagonista sale bien parada en casi todas las ocasiones de una manera demasiado sencilla, anulando la sensación de peligro hacia ella, no así hacia los que la rodean, que lo pasan francamente mal y sufren de lo lindo. No es que ella no lleve su carga, y mucha, de sufrimiento y horror, es que su madurez, su convencimiento y su destino parecen tan fuertes que de alguna manera parecen inmunizarla contra el desastre que contempla de contínuo. Claro, que también tenemos la misma estructura del relato, siendo el diario que Lauren va escribiendo en su viaje, así que es una sensación de seguridad añadida.
Para concluir, os animo sin duda a que leáis La Parábola del Sembrador, pues merece mucho la pena embarcarse en el viaje de esta niña-mujer a través de un mundo que se va tornando más y más horrible a cada paso. Las buenas sensaciones que he tenido con su lectura no las había tenido desde que leí este libro.
Yo seguiré el camino de Semilla Terrestre y os contaré mis impresiones del segundo libro, La Parábola de los Talentos.
Nivel de posapocalipsis: 3/10. Puede parecer un nivel bajo, pero va en aumento sin parar. Las estructuras sociales se derrumban, el gobierno es cada vez más ausente de los problemas generales de la nación y la propia gente se ve empujada a acciones desesperadas para salir adelante.
Valoración personal: 7/10. Una lectura ligera y agil, unos personajes interesantes y un mundo en descomposición que te engancharán sin remedio.
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