Hoy te traigo un cómic que es un acierto seguro: Juan Buscamares, de Félix Vega. En un momento en el que la temática postapocalíptica goza de una excelente salud con multitud de obras que salen a la luz, seguramente estés perdido sobre qué puedes leer en el poco tiempo libre del que dispones. Hay toda una pila de cómics postapocalípticos ahí fuera y no todos son destacables. Pero el de hoy sí lo es. Así que si te apetece disfrutar del género distópico por excelencia y estás buscando lectura para tus ratos de ocio, sigue leyendo.
Sinopsis de la editorial:
“Los océanos están secos. En un mundo asolado por tempestades, soldados, bandidos y fanáticos religiosos, Juan recorre el antiguo fondo del mar en su camión, buscando agua e intentando descifrar su propia historia.
Acompañado de Aleluya, una enigmática mujer que comercia con su cuerpo a cambio de agua, el «Buscamares» iniciará este viaje con tintes místicos y oníricos que lo llevará a entender su extraño poder para modificar el clima, produciendo tormentas y diluvios de proporciones bíblicas: un poder oculto que se remonta a los tiempos de los incas.
Publicado por primera vez en cuatro volúmenes entre 1996 y 2003, este clásico del cómic chileno editado en Francia, Italia, Brasil y Estados Unidos, entre otros, llega por primera vez en un tomo único y con material inédito, como reconocimiento al genio de Félix Vega y el alucinante universo que ha creado en estas páginas.”

Félix Vega y su obra magna
Resulta curioso como obras que triunfan en otros países, aquí resulten desconocidas. Más curioso todavía es cuando se trata de obras en nuestro idioma, que en principio no suponen más complicación que otras para ser editadas en España. Y para terminar, lo más curioso es cuando además de lo anterior la obra en cuestión sí que ha sido editada con anterioridad aquí, pero ha pasado injustamente desconocida para el gran público.
Juan Buscamares es la obra primeriza de un autor chileno que lleva el arte en las venas. Félix Vega es hijo de Ana María Encina, pintora, y de Oscar Vega, conocido artísticamente como “Oskar” y uno de los creadores de Mampato, obra de ciencia ficción infantil con una amplia trayectoria y referente en Chile. Con semejante “currículum genético” no es de extrañar que se lanzara a la creación, en su caso, de cómics. Félix Vega comenzó sustituyendo nada menos que a Horacio Altuna en playboy. Desde entonces ha trabajado en varios géneros, pero sorprendentemente se popularizó con su primera obra propia, de la que hoy te hablo: Juan Buscamares, y que sin duda es su obra magna hasta el momento.
Juan Buscamares: El tomo
Los cuatro tomos de los que se comprende la edición original están titulados como cada uno de los cuatro elementos clásicos: El agua, El aire, La tierra, y El fuego, y fue publicada en España por primera vez de mano de Norma Editorial en su colección Pandora allá por principios de siglo, pasando bastante desapercibida. Y no es hasta 2018 en el que llega la reedición en tomo único por parte de Planeta Cómic. Una reedición estupenda, con añadidos y material extra para disfrutar después de completar la lectura de sus cuatro partes. Y por cierto, el nombre de cada uno de los tomos no es gratuito.
El tomo comienza con un glosario de términos quechuas (incas), que nos servirán para comprender su significado dentro de la obra. Aunque muchos son explicados dentro de la misma narración, no está de más este añadido para tenerlo como referencia de ser necesario. La historia en sí empieza con una introducción que nos habla de cierta tradición inca sobre el enterramiento de algunos niños elegidos en tumbas especiales para servir como una especie de viajeros del tiempo que despertarían en un futuro lejano en el que su presencia fuera necesaria.

Tras esta sorprendente introducción se nos presenta el mundo de Juan Buscamares, un mundo que agoniza por la falta de agua y en el que los restos de la humanidad habitan en oxidadas estructuras de barcos varados eternamente sobre la arena de lo que una vez fuera el océano o desplazándose por él tratando de sobrevivir. Viajando en su viejo camión heredado, Juan, como todos, trata de sobrevivir un día más buscando agua potable. Muy pronto en su camino se cruza Aleluya, con la que comenzará una historia épica que cambiará la vida de ambos para siempre (sí, es una frase muy usada, pero en esta historia es de verdad).
Un conjunto de influencias destacables
El estilo de dibujo de Félix Vega es detallado y preciso, e inmediatamente nos recuerda a grandes de la historieta como el mencionado Altuna, Moebius o Milo Manara (su representación de Aleluya como esa joven hermosa e inocente pese a la forma en la que se ve obligada a ganarse la vida es innegable), y el tipo de historia que vamos leyendo recuerda a ese estilo de novela gráfica y narración de los años ochenta que en España popularizó revistas como Zona 84 o Cimoc.
Se nota que es una obra primeriza en todo lo mencionado y en que en el primer tomo la narración está algo acelerada a la hora de presentarnos personajes, situaciones y darnos información de la ambientación y trasfondo. Algo comprensible en un autor que comienza su propio camino y que debe adaptarse a un formato limitado de páginas para contarnos su historia. Aun así no es nada que moleste o dificulte la comprensión de lo que estás leyendo, de hecho es lo contrario al establecer desde el inicio el contexto en el que se mueven los personajes.

En cuanto al dibujo va evolucionando desde sus primeras páginas hasta acomodarse con un estilo más personal en el que destacan grandes viñetas y numerosas “splash pages” o páginas con una sola viñeta. Esta técnica hace destacar paisajes, construcciones y composiciones allá donde el autor considera necesario y hace aumentar el valor visual total de su trabajo junto a una paleta de colores unificada y que trabaja al servicio de la historia.
Dada la temática postapocalíptica en un futuro indeterminado, hay muchas viñetas cargadas de una gran crudeza directa, sobre todo en las escenas de acción y violencia donde no se escatiman las vísceras, la sangre y las mutilaciones. Algo más suave se muestra el autor con las escenas de sexo, en las que más que mostrar el acto en sí, nos transmite los sentimientos de los personajes durante dicho acto, aunque en lo personal me sobra alguna y sobre todo la primera me resulta muy poco creíble por lo que acaban de vivir los personajes.
Pero lejos de quedarse en la superficie del género y en contentarse con ser otro clon de Mad Max, Félix Vega nos trae una profunda historia en la que se mezcla la espiritualidad, lo material, la mística antigua del pueblo inca y un elenco de personajes secundarios llamativos y originales, cada uno de ellos con su misión en la historia y con su propia aportación al todo.
Porque también hay que destacar que el guión está plagado de referencias y situaciones que en un principio resultan chocantes o incluso cómicas pero que tienen su razón de ser y que son explicadas en los siguientes tomos, hasta cerrar un arco circular que enlaza con la antes extraña introducción que se nos presentó al comienzo del viaje.
Su protagonista carga con una gran historia a sus espaldas de la que no es consciente y que poco a poco irá descubriendo junto al lector. Juan Buscamares no es un héroe, de hecho se clasificaría con más comodidad como antihéroe, ya que ni siquiera cree en sí mismo y no le mueve un afán por hacer el bien. Sin embargo va evolucionando junto al resto del mundo hasta llegar a un clímax totalmente mágico y distinto del tono de las primeras páginas. Me atrevo a decir que Juan es un reflejo del propio autor a lo largo de los años en los que dibujó sus cuatro tomos.

¿Ves por qué es el mejor cómic que puedes leer hoy?
Todo el tomo utiliza elementos propios de la cultura chilena y su pasado inca, pero también existen referencias bíblicas en su propio protagonista y los personajes con los que se encuentra, que nos recuerdan a pasajes del antiguo y del nuevo testamento. Todo, como he dicho antes para crear un todo complejo y bien conjuntado que va aumentando en magia y significado según avanzan sus páginas.
En lo personal no puedo si no insistir en que te lances a por este tomo cuanto antes y te sumerjas en el seco mundo del Buscamares. Te aseguro que te dejará un buen sabor de boca y recordarás durante mucho tiempo a los personajes y su mundo a la vez extremo y mágico. Porque lo que comienza como una historia postapocalíptica más se transforma en una enseñanza mágica sobre la visión del mundo.
Juan Buscamares
Félix Vega Encina
Editorial: Planeta Cómic
Colección: Babel | Serie Juan Buscamares
Número de páginas: 216
Tapa dura, interior a color.

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